La Casa Blanca acusó al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, de intentar “salvar las apariencias” con sus recientes declaraciones, en las que afirmó que la República Islámica salió victoriosa en el conflicto contra Estados Unidos e Israel.

La portavoz presidencial Karoline Leavitt señaló que, en regímenes autoritarios como el iraní, ese tipo de mensajes buscan sostener una narrativa favorable ante la opinión pública interna.

Durante una rueda de prensa, Leavitt subrayó el “éxito rotundo” del bombardeo llevado a cabo el sábado por la noche contra instalaciones nucleares iraníes, y sostuvo que gracias a dicha operación “el mundo es un lugar más seguro”.

Asimismo, aseguró que cualquier observador objetivo reconoce la efectividad de los ataques de precisión realizados por las fuerzas estadounidenses.

En respuesta, el ayatolá Jameneí afirmó que Washington “no pudo hacer nada importante” durante el conflicto, al que denominó “la guerra de los 12 días”, y aseguró que Irán propinó “una fuerte bofetada” a Estados Unidos.

El líder iraní también advirtió que, en caso de una nueva agresión, Irán volverá a atacar bases militares estadounidenses en la región, lo que implicaría un alto costo para el adversario.

Ante esta advertencia, la Casa Blanca reiteró que Estados Unidos se mantiene preparado para defender tanto a su personal como a sus activos en Medio Oriente.

La escalada de tensiones entre ambas naciones continúa generando preocupación internacional en un contexto marcado por la volatilidad regional y los desafíos a la seguridad global.