Antes del 4 de diciembre, Estados Unidos debe decidir si le otorga protecciones dentro de la Ley de Especies en Peligro de Extinción a la mariposa monarca, una de las especies más emblemáticas de Norteamérica, según información de Milenio.
Esto implicaría que existieran reglas legales de protección más estrictas, así como mayor cooperación con México y Canadá.
Cada vez son menos las colonias contabilizadas que viajan más de cuatro mil kilómetros, desde Estados Unidos y Canadá, hasta los bosques del Estado de México y Michoacán. Esta temporada, por primera vez en 30 años de monitoreo, las monarca no llegaron puntuales, y su migración se retrasó, de manera inaudita, hasta cuatro semanas.
El director de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, Amado Fernández, señaló que “este año, desafortunadamente la migración tardó un poco más, estuvo estancada. A pesar de que la apertura de los santuarios se dio el día viernes 15 de noviembre, la mariposa aún no se establecía en los santuarios; el pico fuerte estuvo llegando durante el 14, 15 y 16 de noviembre y registramos las primeras perchas hasta el 17 y 18 de noviembre en el santuario Sierra Chincua, (…) los huracanes que estuvieron presentes no los dejaban avanzar”.
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Las poblaciones de monarcas migrantes han disminuido drásticamente en las últimas décadas debido a factores como la pérdida de hábitat, el uso de pesticidas y el cambio climático, y expertos advierten que a menos que se adopten medidas urgentes, su supervivencia está amenazada.
En 2020, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS) consideró que estaba justificado que la mariposa monarca fuera considerada como “especie amenazada” bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción de 1973, pero decidió mantenerla excluida.
“Después de una revisión exhaustiva de la mejor información científica y comercial disponible, concluimos que la inclusión de la mariposa Monarca como especie en peligro o amenazada está justificada, pero lo impiden las acciones de mayor prioridad para modificar las Listas de Vida Silvestre y Plantas en Peligro y Amenazadas”, concluyó la USFWS.
Una veintena de organizaciones ecologistas de Estados Unidos pidieron por ello al Congreso de ese país este año aumentar los fondos para el Programa Internacional del Servicio Forestal a 30 millones de dólares para evitar la extinción de la mariposa y apoyar un esfuerzo de cooperación con México para proteger al abeto oyamel “amenazado por la tala ilegal, la conversión de tierras para la agricultura y el cambio climático”.
Pero la inclusión de la mariposa en la Lista de Especies en Peligro puede significar una mayor regulación sobre el uso de pesticidas y la protección de hábitats clave, como las zonas donde crece el algodoncillo, la planta esencial para su reproducción, lo cual podría enfrentar resistencia de sectores agrícolas y de desarrollo urbano.
En 2022, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ya la declaró especie en peligro, pero los científicos creen que una protección oficial en Estados Unidos puede marcar la diferencia si viene acompañada de una cooperación internacional.
En caso de que la USFWS decida que está justificada la inclusión de la Monarca en la lista como especie amenazada o en peligro, emitirá una regla provisional que será sometida a consultas públicas antes de la emisión de las regulaciones federales finales.