La NASA evalúa seriamente un aterrizaje en Marte en 2026, tras la inclusión de mil millones de dólares en el presupuesto presentado por la administración Trump.
Este impulso financiero busca acelerar la exploración humana del planeta rojo, con el apoyo potencial de socios internacionales interesados en colaborar en la expansión del conocimiento espacial.
La nueva estrategia de la agencia espacial prioriza el desarrollo de tecnologías transformadoras y favorece la participación del sector privado. En este contexto, empresas como SpaceX, liderada por Elon Musk, cobran protagonismo debido a sus avances en cohetes reutilizables y planes de colonización marciana.
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El presupuesto contempla también más de siete mil millones de dólares para misiones lunares, enfocándose en la competencia geopolítica con China y recortando programas costosos como el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), la cápsula Orion y el programa Gateway, después de las misiones Artemis.
Además, se proyecta la transición de la Estación Espacial Internacional a plataformas comerciales hacia 2030, reduciendo su tripulación y actividades de investigación. Con este plan, Estados Unidos redefine su liderazgo en la exploración espacial, apostando por una presencia sostenida en la Luna y una primera misión humana a Marte.