Washington lanzó un ataque “muy exitoso” contra instalaciones nucleares iraníes, incluidas Fordo, Natanz e Isfahán, en una operación que Donald Trump calificó de éxito militar espectacular.
El hecho marca el primer ataque significativo de Estados Unidos en suelo iraní desde 1979 y aumenta la tensión en Oriente Medio.
Irán condenó la ofensiva y advirtió que responderá para defender su soberanía. El canciller Abbas Araghchi denunció en X que Estados Unidos violó la Carta de la ONU y el Tratado de No Proliferación Nuclear, mientras la Guardia Revolucionaria amenazó con atacar instalaciones estadounidenses en la región.
El asesor del Parlamento iraní aseguró que Fordo, ubicado en la ciudad de Qom, no sufrió daños irreversibles y que la población local está a salvo.
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Trump, acompañado por el vicepresidente J. D. Vance y los secretarios de Estado y Defensa, Marco Rubio y Pete Hegseth, celebró la operación y afirmó que si Irán no sella la paz, enfrentará ataques aún mayores.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agradeció al mandatario y reveló que la operación fue coordinada con Israel, país que restringió su espacio aéreo y cerró escuelas para prevenir ataques.
Tras el bombardeo, Irán lanzó misiles contra Israel alcanzando Tel Aviv, Haifa y otras instalaciones estratégicas, con saldo de 86 heridos, mientras Israel replicó con ataques al oeste de Irán.
Legisladores estadounidenses, como Hakeem Jeffries, Bernie Sanders, Rashida Tlaib y Alexandria Ocasio-Cortez, condenaron la operación al considerarla anticonstitucional y exigieron responsabilidad para Trump.