El Gobierno de Estados Unidos inició vuelos de deportación desde el centro de detención migratoria conocido como “Alligator Alcatraz”, en los Everglades de Florida.

El gobernador Ron DeSantis confirmó que ya han sido expulsados cientos de migrantes desde esta instalación, ubicada en una antigua pista aérea, y que el ritmo de traslados va en aumento.

DeSantis anticipó que próximamente se incorporarán miembros de la Guardia Nacional como jueces migratorios para acelerar los procesos, una medida que fue autorizada por el presidente Donald Trump.

El centro, abierto el 3 de julio, tiene capacidad para dos mil detenidos, con planes de ampliarse a cuatro mil, según autoridades estatales.

La visita del gobernador ocurre en medio de protestas de familiares y activistas, quienes han denunciado condiciones inhumanas en el centro, comparándolo con un “campo de concentración”.

Desde su apertura, al menos mil personas han sido detenidas y seis han requerido hospitalización. La alcaldesa de Miami-Dade solicitó inspecciones urgentes.

Pese a las críticas, DeSantis defendió el papel de Florida como punta de lanza de la política migratoria de Trump. Aseguró que el estado ha bloqueado el arribo de 18 mil migrantes por mar y ha logrado que todos los condados cooperen con el ICE, reforzando los operativos de detención y deportación en todo el territorio estatal.