El Departamento de Defensa de Estados Unidos decidió suspender temporalmente el envío de ciertos armamentos a Ucrania, incluidos misiles Patriot, GMLRS y Hellfire, como parte de una revisión sobre el estado de las reservas militares del país.
Esta decisión afecta acuerdos firmados durante la administración de Joe Biden y ha provocado preocupación en Kiev, que advierte sobre el impacto operativo y simbólico de esta medida.
Según NBC News, la medida obedece a preocupaciones sobre la disponibilidad de equipo militar y su posible requerimiento en otras regiones. Algunas armas ya se encontraban en Europa, listas para su entrega, pero han sido retenidas hasta nuevo aviso.
La Casa Blanca defendió la decisión al afirmar que responde a los intereses estratégicos de EUA, sin que esto signifique debilitar el respaldo general a Ucrania.
El gobierno ucraniano expresó su malestar ante la suspensión. John Ginkel, encargado interino de negocios de EUA en Kiev, fue citado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania, que insistió en que cualquier demora en los suministros defensivos podría alentar a Rusia a intensificar el conflicto.
Un legislador ucraniano calificó la pausa como “dolorosa” y “desagradable”, mientras expertos advierten que, sin misiles como el GMLRS, sistemas como los HIMARS quedarían prácticamente inoperantes.
La suspensión afecta dos tipos de asistencia: una basada en transferencias directas desde reservas militares estadounidenses, y otra bajo contratos con empresas de defensa mediante la Iniciativa de Asistencia para la Seguridad de Ucrania (USAI).
Analistas consideran que, de no retomarse pronto los suministros, Ucrania enfrentará una situación crítica a finales del verano, obligando a Europa a buscar soluciones alternativas para sostener su defensa.