Un estudio preliminar publicado en la revista Occupational & Environmental Medicine sugiere que trabajar más de 52 horas a la semana puede alterar la estructura cerebral, impactando la memoria, la capacidad para resolver problemas y el equilibrio emocional.
La investigación fue realizada por científicos de la Universidad Chung-Ang y la Universidad Yonsei, ambas en Corea del Sur, quienes analizaron a un grupo de profesionales de la salud con jornadas laborales prolongadas.
El análisis incluyó imágenes por resonancia magnética y datos de 110 personas, en su mayoría médicos, de los cuales el 28 % trabajaban 52 horas o más por semana.
Los hallazgos revelaron cambios significativos en regiones del cerebro asociadas con la función ejecutiva, la atención, la memoria de trabajo y la regulación emocional, como el giro frontal medial, el giro temporal superior y la ínsula.
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A través de técnicas de neuroimagen como la morfometría basada en vóxeles (VBM), los investigadores observaron un aumento del 19 % en el volumen de ciertas áreas cerebrales en quienes registraban jornadas extensas.
Estos cambios podrían reflejar una respuesta neuroadaptativa ante el estrés prolongado, aunque los autores advierten que aún se requieren estudios longitudinales para confirmar la relación causal.
Finalmente, los investigadores enfatizan que el exceso de trabajo debe abordarse como una cuestión de salud pública, instando a los gobiernos y empleadores a establecer políticas que limiten las horas laborales.