El presidente Donald Trump reveló un ambicioso plan para fortalecer la capacidad bélica y marítima de los Estados Unidos mediante la construcción de dos buques de guerra de dimensiones sin precedentes. Durante una conferencia de prensa en Mar-a-Lago, acompañado por Pete Hegseth, secretario de Guerra, y Marco Rubio, secretario de Estado, el mandatario aseguró que estas naves serán las más grandes jamás fabricadas por la Armada estadounidense, con el objetivo de sustituir unidades que han quedado obsoletas frente a los desafíos globales contemporáneos.
La iniciativa no solo tiene un enfoque militar, sino también económico, ya que Trump enfatizó que el proyecto generará una cantidad masiva de empleos dentro del territorio nacional. Aunque la aprobación inicial contempla la fabricación de dos unidades, el presidente proyectó una expansión agresiva de la flota: “Comenzaremos con dos y rápidamente se transformarán en 10”, afirmó, señalando que la meta final del gobierno es alcanzar entre 20 y 25 embarcaciones de este tipo para garantizar la supremacía naval de la nación.
Este anuncio refuerza la política de defensa de la administración Trump, orientada a la modernización tecnológica y al robustecimiento del complejo industrial-militar. Por su parte, el secretario de Estado, Marco Rubio, respaldó la medida señalando la importancia de proyectar fuerza en aguas internacionales, mientras que el Departamento de Guerra ya prepara las directrices logísticas para dar inicio a la construcción en los principales astilleros del país.