Una serie de explosiones masivas y simultáneas de pagers, conocidos también como buscapersonas o beepers, sacudió este martes varias regiones de Líbano y Siria, centrándose en miembros del grupo chiita libanés Hezbollah.
Las autoridades reportan al menos once muertos y casi cuatro mil heridos, de los cuales 200 se encuentran en estado grave, según el último balance proporcionado por el Ministerio de Salud libanés.
Las explosiones fueron atribuidas a Israel, quien, según Hezbollah, es “plenamente responsable de esta agresión criminal”. En un comunicado, la organización prometió que el ataque recibiría un “justo castigo”.
Entre los fallecidos se encuentran los hijos de dos diputados de la organización, Ali Ammar y Hassan Fadlallah.
El embajador de Irán en el Líbano, Mojtaba Amani, sufrió heridas, aunque se informó que no corre peligro; asimismo, una niña de diez años murió a causa de la explosión del buscapersonas de su padre, y los hijos de un alto funcionario de seguridad de Hezbollah también resultaron heridos.
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De acuerdo con la ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, al menos catorce miembros de Hezbollah en Siria también resultaron heridos.
Las explosiones se produjeron cuando los buscapersonas, dispositivos que no requieren tarjeta SIM ni conexión a internet, estallaron casi simultáneamente en varias áreas.
El ministro de Salud libanés, Firass Abiad, señaló que muchas de las víctimas presentan heridas en el rostro, manos, abdomen e incluso en los ojos.
Por su parte, el ministro de Telecomunicaciones, Johanny Corn, explicó que las baterías de los pagers se sobrecalentaron, lo que llevó a algunas personas a arrojarlos antes de que detonaran.
Previamente, el líder de Hezbollah, Hasán Nasrala, había advertido a los miembros de no llevar teléfonos celulares, sugiriendo que podrían ser utilizados por Israel para rastrear sus movimientos y llevar a cabo ataques selectivos.