Este sábado se confirmó el fallecimiento de la icónica actriz Diane Keaton, a los 79 años de edad, en California. La noticia fue dada a conocer por su familia, que ha solicitado respeto y privacidad en este difícil momento. Hasta ahora, no se han revelado las causas de su muerte.

Keaton, cuyo nombre real era Diane Hall, nació en Los Ángeles en 1946 y desde temprana edad mostró una fuerte inclinación por las artes escénicas. Tras estudiar arte dramático, se trasladó a Nueva York en busca de una oportunidad en el teatro, adoptando el apellido de soltera de su madre como nombre artístico. Así nació Diane Keaton, una figura destinada a marcar un antes y un después en el cine estadounidense.

Diane Keaton se convirtió en una de las actrices más influyentes de su generación gracias a su versatilidad y su carisma natural. Su primer gran salto a la fama llegó en los años 70 con su participación en la trilogía de “El Padrino”, pero sería su papel en la comedia “Annie Hall” (1977), dirigida por Woody Allen, el que la consolidaría como una estrella de talla mundial. Con esa interpretación ganó el Oscar a Mejor Actriz, además de un lugar permanente en la historia del cine.

La actriz mantuvo una estrecha colaboración con Woody Allen, con quien trabajó en ocho películas y con quien también mantuvo una relación sentimental. Su capacidad para transitar entre el drama y la comedia la hizo destacar en títulos como “El club de las primeras esposas”, “El padre de la novia” o “Alguien tiene que ceder”, bajo la dirección de Nancy Meyers.

A lo largo de su carrera, Keaton recibió dos Globos de Oro, un BAFTA y múltiples reconocimientos, incluyendo su presencia constante en listados de las mejores películas de todos los tiempos. Fue, junto a figuras como Faye Dunaway y Katharine Hepburn, una de las actrices con más filmes en la lista del American Film Institute.

Diane Keaton fue también un símbolo de estilo y elegancia poco convencional, admirada por su autenticidad, su sentido del humor y su capacidad para mantenerse fiel a sí misma en una industria cambiante. Además de su trabajo en la pantalla, fue fotógrafa, escritora y defensora del arte y la arquitectura.

En el plano personal, Keaton fue madre adoptiva de dos hijos, Dexter y Duke, a quienes adoptó en 1996 y 2001 respectivamente. Aunque nunca se casó, tuvo relaciones con figuras de Hollywood como Al Pacino, Woody Allen y Warren Beatty.