En medio de los recortes culturales y el abandono presupuestal que golpea a festivales independientes en todo el país, el Feratum Film Fest celebra 14 años de vida en Pátzcuaro, reafirmando su condición de trinchera para el cine fantástico, de terror y ciencia ficción. Con más de cien películas en cartelera y la participación de cineastas de México, España, Argentina, Japón y Corea del Sur, el festival se mantiene como uno de los principales escaparates del cine de género en América Latina.
Fundado en 2012 por Miguel Ángel Marín, Feratum nació en tiempos de precariedad y ha sobrevivido en las mismas condiciones. Su permanencia lo coloca entre los pocos festivales mexicanos que no dependen exclusivamente del financiamiento público, a diferencia de encuentros como el FICG (Guadalajara) o el Festival Internacional de Cine de Morelia, que este año redujeron secciones ante la contracción de apoyos federales.
La edición 2025 de Feratum llega con un eje curatorial centrado en el cine de lo insólito y la frontera entre realidad y mito, acompañado por retrospectivas dedicadas a Kiyoshi Kurosawa y al director mexicano Emilio Portes, además de una competencia internacional de largometraje y cortometraje. También se incluye un bloque dedicado al nuevo cine michoacano, con producciones rodadas en Paracho, Tzintzuntzan, Santa Clara del Cobre y Morelia, donde jóvenes realizadores exploran la violencia, la fe y el territorio desde narrativas híbridas.
El festival resistió este año una reducción de casi 40 % en su presupuesto operativo, tras el retiro de varios patrocinadores y la ausencia de fondos estatales directos. Aun así, logró sostener su programación completa con apoyo de alianzas internacionales y voluntariado local. “Feratum no solo es cine, es una comunidad que no se rinde”, expresó Marín en la inauguración, realizada frente al muelle de Pátzcuaro.
El caso del Feratum contrasta con lo ocurrido en otros puntos del país. El Festival Internacional de Cine de Los Cabos canceló su edición 2024 por falta de recursos; el Black Canvas de la Ciudad de México redujo su duración a la mitad; y el Festival de Cine de Guanajuato (GIFF) anunció que dependerá del sector privado para subsistir. En ese contexto, la continuidad de Feratum en un municipio con menos de 100 mil habitantes se ha convertido en un acto de resistencia cultural.
Además de su selección oficial, el evento incluye talleres, proyecciones gratuitas al aire libre, presentaciones musicales y homenajes a figuras del género fantástico mexicano. El programa de este año cierra con un homenaje a la actriz Martha Higareda, por su incursión en producciones de ciencia ficción internacional.
Entre neblina, máscaras y criaturas cinematográficas, Pátzcuaro se transforma una vez más en un escenario de culto, un espacio donde la imaginación sigue encontrando refugio incluso cuando el presupuesto escasea. En tiempos de incertidumbre cultural, el Feratum Film Fest confirma que el terror más persistente, al menos en Michoacán, es el de rendirse.