Considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte, la flor de cempasúchil es un elemento indispensable en la conmemoración del Día de Muertos en México, país del que es originaria.
Producida en Michoacán, desde los últimos días de octubre ya se percibe su olor que inunda los campos, mercados y plazas principales del estado; sus habitantes se preparan para utilizarla como el principal elemento de altares de muertos y decoración emblemática.
Además de ser parte del acervo cultural, para los productores michoacanos representa una fuente importante de ingresos y un trabajo que se ha compartido de generación en generación, como es el caso de Carlos Vázquez, agricultor originario de la comunidad “El Colegio”, en Tarímbaro, que desde el mes de junio se prepara para su cultivo.
“Requiere de cuidados especiales, debemos sembrar la semilla mucho antes para que en estas fechas esté lista para su venta; cuidamos los campos en familia y se ha vuelto una tradición que desde mi abuelo le enseñó a mi padre”, expresó.
Las dos hectáreas que Carlos y su familia cuidan con tanto cariño, forman parte de la producción total de 559 mil 390 manojos con una venta de 19 millones 903 mil 650 pesos en todo el estado, y un valor de producción de 47 millones 335 mil 650 el año pasado, de acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Michoacán.
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“Es importante su conservación, nuestras manos y botas se llenan de lodo desde muy temprano para cuidarlas, darles el fertilizante que necesitan y es importante que la gente sepa el trabajo qué hay detrás y que valoren para que no regateen el precio”, señaló don Carlos.
De esta colorida flor amarilla y aroma intenso, que proliferan por estas fechas en panteones, hogares, escuelas, oficinas y espacios públicos, se registran 58 especies en el continente americano; de las que en nuestro país se estima que hay 35, que únicamente florecen después de la época de lluvia, según refiere el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), que destaca a los estados de México, Guanajuato, Hidalgo y Michoacán como los que tienen condiciones óptimas de suelo y clima para su producción.
En el caso de Michoacán, el cempasúchil se produce en campos de los municipios de Erongarícuaro, Pátzcuaro, Quiroga, Tzintzuntzan, Salvador Escalante, Lagunillas, Huiramba, Tarímbaro, Copándaro, Huetamo, San Lucas, Nocupétaro, Carácuaro, Turicato, Tacámbaro, Madero, Zacapu, José Sixto Verduzo, Irimbo, Áporo y Tuxpan, en una superficie total de 430 hectáreas.
Además de ser protagonista importante en la conmemoración de Noche de Muertos, el SIAP indica que la flor de cempasúchil es utilizada para darle color a textiles, elaborar insecticidas y hasta como medicamento. Nuestros antepasados la usaban para aminorar los malestares del vómito, la indigestión y diarrea.