La flor de cempasúchil, símbolo indiscutible del Día de Muertos, no solo ilumina los altares y cementerios de México, sino que también cumple un papel esencial en el equilibrio ambiental, destacó Alejandro Méndez López, titular de la Secretaría de Medio Ambiente (Secma).
El funcionario explicó que esta flor, conocida como la de “20 pétalos”, coincide en su floración con la llegada de la Mariposa Monarca al país y al estado de Michoacán, sirviéndole de alimento gracias a su alto contenido de néctar. Esta interacción convierte al insecto en un importante polinizador dentro de los ecosistemas locales.
Además de su valor ecológico, el cempasúchil posee propiedades naturales útiles para la agricultura, ya que contiene compuestos que pueden emplearse como insecticidas biológicos en el control de plagas y enfermedades. También se utiliza como abono orgánico, mejorando la nutrición y estructura del suelo, y sus pigmentos naturales se aprovechan en la industria alimentaria, por ejemplo, para dar el característico tono amarillo a la yema del huevo.
México alberga más de 30 de las 58 especies de cempasúchil que existen en el continente americano. Esta flor, perteneciente al género Tagetes de la familia Asteraceae, crece tanto en su forma silvestre como cultivada. Entre las especies más comunes destacan la Tagetes erecta, tradicionalmente llamada flor de cempasúchil, y la Tagetes patula, conocida como flor de muerto.
Finalmente, Méndez López hizo un llamado a la población a no extraer estas flores de su entorno natural, subrayando que su conservación es clave para mantener la biodiversidad y las tradiciones que la rode