La Procuraduría de Protección al Ambiente (Proam) clausuró la construcción de un fraccionamiento en la comunidad de El Laurelito, al sur de Morelia.

La empresa constructora operaba sin contar con autorizaciones ambientales, así como otras manifestaciones de impacto ecológico necesarias para la ejecución de la obra.

Ante la evidente irregularidad, las autoridades colocaron sellos de clausura para frenar el avance de los trabajos y prevenir daños mayores al entorno natural.

Además, se identificaron al menos 30 tocones en el área inspeccionada, lo que apunta a una posible tala clandestina.

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El caso de El Laurelito se suma a una serie de intervenciones recientes contra fraccionadoras que operan al margen de la ley, afectando ecosistemas y zonas de recarga hídrica en la capital michoacana.

La Proam ha señalado el sur de Morelia como uno de los puntos de mayor estrés por el cambio ilegal de uso de suelo relacionado con la construcción de fraccionamientos.

En los últimos años, al menos 10 desarrolladoras han sido sancionadas por operar sin permisos y destruir ecosistemas forestales.

Los fraccionadores suelen operar bajo el amparo de las autorizaciones de Cabildo, no obstante carecen de la parte estatal y federal en cuanto a permisos, manifestaciones y documentación necesaria.