La provincia de Buenos Aires, que concentra casi 40 por ciento del padrón nacional, vivió una elección legislativa de alto impacto político. Con 99.4 por ciento de las mesas escrutadas, la coalición peronista Fuerza Patria obtuvo una victoria aplastante: 49.6 por ciento de los votos en diputados y 44.9 en senadores.

Muy por detrás quedó la oficialista La Libertad Avanza (LLA), que cosechó 30.5 y 37.1 por ciento respectivamente. La participación fue mayor a la prevista, con más de 63 por ciento de los 14 millones de electores en las urnas.

El resultado fue leído como un freno al rumbo del presidente Javier Milei, quien, tras admitir la derrota, aseguró que no dará marcha atrás en su modelo de ajustes y desregulación.

“No estamos dispuestos a entregarlo”, subrayó, rechazando cualquier revisión pese a la crisis social y económica que atraviesa el país, comparable en severidad a la de 2001.

En contraposición, el gobernador bonaerense Axel Kicillof celebró desde La Plata lo que calificó como “una fiesta popular”. Señaló que el triunfo marca el inicio de “otro camino” y agradeció a Sergio Massa y a Cristina Fernández de Kirchner, a quien definió como injustamente condenada.

La expresidenta, desde su domicilio en esta capital, también festejó el resultado y cuestionó duramente al mandatario por sus políticas y los escándalos que rodean a su gobierno.

La derrota de Milei también arrastró a antiguos aliados como el PRO de Mauricio Macri y la UCR, fracturados desde las presidenciales de 2023. Todo ello en medio de investigaciones que involucran al entorno presidencial en la estafa de la criptomoneda $Libra y en presuntas irregularidades en la Agencia Nacional de Discapacidad.

Aun debilitado, el presidente insiste en profundizar su agenda, lo que augura nuevas tensiones en la recta hacia las elecciones de medio término del próximo 26 de octubre.