A casi dos meses del asesinato del alcalde Carlos Manzo, Uruapan continúa bajo un esquema de seguridad reforzado que, lejos de retirarse, se mantendrá activo de manera indefinida. Autoridades estatales y federales confirmaron que el despliegue militar y policial en el municipio responde a un contexto de violencia persistente y a la necesidad de evitar nuevos episodios de desestabilización.

La aclaración surgió luego de que se detectara la salida reciente de algunas unidades de la Guardia Nacional, lo que generó versiones sobre un posible repliegue. El diputado Alejandro Tafolla precisó que se trató únicamente de elementos adscritos a labores de inteligencia y no de un retiro operativo del dispositivo federal instalado en la región.

De acuerdo con el legislador, el esquema de seguridad se mantiene con la presencia del Ejército Mexicano, corporaciones federales y fuerzas estatales, con refuerzos que continúan llegando de manera escalonada. El objetivo, sostuvo, es preservar una presencia disuasiva constante, fortalecer el patrullaje y contener cualquier intento de reconfiguración criminal tras el vacío político que dejó el homicidio del edil.

En el mismo sentido, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán confirmó que el gobierno estatal sostendrá el despliegue de la Guardia Civil en Uruapan y municipios vecinos. La medida forma parte de la estrategia operativa vigente, diseñada para atender una región que sigue siendo considerada de alta prioridad en el mapa de seguridad del estado.

Ajeno a los ajustes tácticos, las autoridades reconocen que el operativo responde a una realidad que no ha cambiado de fondo: la violencia no ha cedido y la gobernabilidad sigue bajo presión. Por ello, insisten, la coordinación entre los tres niveles de gobierno no es coyuntural, sino una apuesta de mediano plazo para evitar que Uruapan se convierta en otro punto de quiebre en la geografía de la inseguridad en Michoacán.