El expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy, presentó un libro con sus memorias, en el cual relata la relación que tenían el exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, y el exmandatario mexicano Felipe Calderón, quien prácticamente hacía lo que su funcionario le decía, incapaz de tomar decisiones por sí solo.
“La relación de fuerza entre ambos hombres estaba invertida: era el ministro (secretario) quien dictaba su voluntad al presidente y no al revés. Yo no conocía el motivo de aquella extraña situación, pero ahora podría calibrar su alcance”, narra Sarkozy en “Los años de las luchas”.
Las declaraciones del exmandatario se dan en el contexto del caso Florence Cassez, cuya extradición a Francia se vio frustrada de un momento a otro luego de su visita de Estado a México, en marzo de 2009.
Sarkozy hace hincapié en la injerencia que tenía García Luna en las decisiones de Calderón, en relación a ese caso, ya que le pareció raro que el mexicano viera con buenos ojos la extradición de la francesa, pero de un momento a otro cambiara de opinión.
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Genaro García Luna la Secretaría de Seguridad Pública durante su gestión para orquestar su guerra contra el narcotráfico y quien hoy en día está detenido en Estados Unidos acusado de narcotráfico.
“Algo más grave y que ocurría entre los bastidores de la vida política mexicana. Se trataba del papel decisivo que desempeñaba Genaro García Luna, el responsable federal de Seguridad Pública”, explica en su libro.
“Había, en efecto, algo más”, agrega el expresidente francés en torno al caso Cassez, francesa acusada de integrar una banda de secuestradores, exhibida durante un montaje de Televisa y TV Azteca orquestado por García Luna y Luis Cárdenas Palomino, cabezas de la Agencia Federal de Investigación de México durante el sexenio de Vicente Fox.
Genaro García Luna está preso en Estados Unidos acusado de asociación delictuosa y tráfico de drogas en colaboración con el Cártel de Sinaloa, todo mientras llevaba las riendas de la sangrienta lucha contra el crimen organizado en México.
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Aunque se le veía como la mano derecha de Calderón, el expresidente francés aseguró que el exsecretario de Seguridad tenía más poder que el exmandatario mexicano.
“El ambiente había sido cálido cálido y distendido en aquella finca a la que quisieron invitarnos (Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala). Las cosas se torcieron en el momento en que pronuncié el nombre de Florence Cassez. La violencia de su respuesta me dejó de piedra. Yo no contaba con algo así. Era evidente que aquello ahora representaba para el presidente Calderón un asunto personal. El hombre se mostraba totalmente enrocado en sus certezas. Aquello chocaba frontalmente con la carta que me había escrito con anterioridad. Carla estaba tan aterrorizada como yo. Fue entonces cuando sospeché que algo no cuadraba y que había algo que no sabíamos”, narra el expresidente.
Y agrega que aunque no desistió de su intención de llevarse a Cassez a Francia a que cumpliera su pena, se dijo sorprendido porque “la rigidez, la brutalidad, la inhumanidad del Presidente mexicano habían conferido unas dimensiones tremendas a lo que debería haber quedado en una cuestión ‘particular’, como a menudo ocurre entre países amigos”.
Hacia el final del relato, el francés señala que mientras el el expresidente Calderón vive en España, “acusado de mantener vínculos con el crimen organizado”, su exsecretario García Luna “continúa recluido en una cárcel de Estados Unidos, donde fue condenado a comienzos de 2023 por tráfico de droga y connivencia con el cártel de Sinaloa”.