Investigadores de la Academia Rusa de Ciencias capturaron en video el dramático momento en que el Sol expulsó una gigantesca prominencia solar -una enorme estructura de plasma incandescente- que duró aproximadamente 24 horas (entre el 11 y el 12 de diciembre).
Este tipo de fenómeno está directamente relacionado con explosiones solares masivas que, si bien son comunes, tienen el potencial de lanzar partículas hacia la Tierra y provocar tormentas magnéticas que afectarían nuestras comunicaciones y redes eléctricas.
Aunque ver al Sol “escupir” una parte de sí mismo puede ser alarmante, los astrónomos han tranquilizado a la población: este evento no tiene relación con el cometa 3I/ATLAS y, por ahora, no representa ningún peligro para nuestro planeta.