El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció que su gobierno votó de forma unánime para cerrar las oficinas locales de la televisora de propiedad catarí Al Jazeera.
El anuncio se produce en medio de largas disputas entre Israel y el canal, en un momento en el que las negociaciones de cese el fuego con Hamás, mediadas por Catar, ganaban impulso.
Al Jazeera ha rechazado, en repetidas ocasiones, las acusaciones de incitar a la violencia contra Israel.
Horas después del anuncio, la principal compañía israelí de televisión por cable dejó de transmitir Al Jazeera, aunque los sitios web de la cadena seguían siendo accesibles en Israel, así como en YouTube.
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Posteriormente, se llevó a cabo un operativo de allanamiento y decomiso contra las instalaciones de la televisora.
La decisión también amenaza con incrementar las tensiones con Catar, propietario de la cadena, en un momento en el que el gobierno en Doha juega un papel clave en los esfuerzos de mediación para detener la guerra en Gaza.
Al Jazeera ha sido uno de los pocos medios internacionales que ha continuado en Gaza durante la guerra, emitiendo imágenes impactantes de bombardeos y hospitales sobrepasados.
La cadena ha acusado a Israel de cometer masacres en el territorio, mientras que Israel la acusa de colaborar con Hamás.