Como consecuencia de la indiferencia y negativa del Ayuntamiento de Morelia a rehabilitarlo, el auditorio de la Unidad Deportiva Bicentenario está al borde de la extinción, pues con el incendio que se suscitó hace unos días en el lugar, el inmueble se deterioró aún más de lo que estaba.
Con una inversión de 122 millones de pesos, la unidad fue inaugurada en 2012 y el auditorio, desde entonces, albergaba competencias de carácter nacional en distintas disciplinas e incluso se convirtió en la casa del equipo profesional de voleibol, Bravos Michoacán.
Sin embargo, con el paso de los años el auditorio fue sufriendo un deterioro natural por su uso, el cual se agudizó en la primera administración de Alfonso Martínez Alcázar como alcalde de Morelia, ya que el espacio tuvo que ser cerrado por fallas en sus plafones y sanitarios.
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En aquel momento, el que era encargado de despacho del Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte (Imcufide), Salvador Alegre Álvarez, informó que la inversión que se requería era de dos millones de pesos, pero la intervención que se le hizo fue mínima.
Posteriormente, durante la gestión de Raúl Morón Orozco al frente del municipio, se siguió con la misma dinámica de nula rehabilitación, aunque se le inyectó infraestructura a otras áreas de la unidad, como fue el caso de la cancha de futbol y el complejo acuático.
Postura tibia
Al momento de iniciar la presente administración, el auditorio ya presentaba daños más severos, pues la parte del domo tenía huecos en distintas zonas y los accesos al interior se encontraban completamente destrozados.
A su llegada, Alfonso Martínez Alcázar, en conjunto con la directora del Imcufice, Verónica Zamudio Ibarra, se comprometieron a realizar las gestiones correspondientes para rehabilitar el inmueble, cuya inversión se calculaba en 13 millones de pesos.
Para ello, a través de la Secretaría de Bienestar y Política Social de Morelia, ingresaron un proyecto a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) para que se les asignara el recurso para la reparación.
Sin embargo, la dependencia federal negó el apoyo argumentando cuestiones técnicas que hasta al día de hoy el Gobierno municipal no ha podido solventar, dejando la rehabilitación del auditorio sin un plan “B” a la mano.
Tras el incendio que, de acuerdo con las autoridades municipales fue provocado, elementos de Protección Civil se encuentran valorando las pérdidas materiales para poder emitir un dictamen sobre los daños que tiene la infraestructura.
Inseguridad, último clavo del ataúd
Aunado a las malas condiciones, otra problemática que rodea al sitio es la inseguridad, pues en su momento la encargada del orden de la colonia Barrio Alto, Lidia Montaño Soto, denunció que la unidad es un punto para realizar actividades ilícitas como son los arrancones de autos.
Incluso, el propio secretario del Ayuntamiento, Yankel Benítez Silva, reconoció que el auditorio ha estado siendo utilizado para ser vandalizado, ingerir bebidas alcohólicas o consumir drogas, esto pese a que en los alrededores se encuentra un corralón de la Policía Morelia y cámaras de videovigilancia.