El Gobierno de Donald Trump anunció que las redadas migratorias en lugares de trabajo se triplicarán nuevamente como parte de sus esfuerzos para detener y deportar a personas indocumentadas en Estados Unidos.
Tom Homan, asesor de seguridad nacional y control migratorio, advirtió en conferencia de prensa en la Casa Blanca que las acciones de cumplimiento de la ley han aumentado de forma significativa y seguirán en ascenso.
Homan atribuyó el incremento de los operativos a las políticas “santuario” adoptadas por varias ciudades demócratas, las cuales limitan la cooperación entre las policías locales y los agentes del Servicio de Control de Inmigración (ICE).
Ante esta falta de colaboración, sostuvo que los arrestos migratorios se realizarán directamente en los centros de trabajo si no es posible en las comunidades.
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El funcionario defendió las redadas en empresas y lugares de empleo, argumentando que allí se han detectado numerosos casos de trata de personas y trabajo forzado.
Asimismo, reportó recientes detenciones de jornaleros agrícolas y trabajadores informales en puntos de contratación, como ocurrió en Los Ángeles y en el Valle Central de California, donde se arrestaron cientos de personas en las últimas semanas.
Pese a esta intensificación de operativos, Donald Trump sugirió que se podría flexibilizar la prioridad de deportaciones para trabajadores en sectores estratégicos como el agrícola y hotelero, reconocidos por su alta dependencia de la mano de obra migrante.
Durante una reunión de su gabinete, el mandatario afirmó que se actuaría “con mucho cuidado” para proteger a esas industrias esenciales.