En diversas universidades de Estados Unidos, las ceremonias de graduación se han convertido en escenarios de protesta contra la guerra en Gaza y el apoyo de las instituciones académicas a Israel.
En la Universidad de Columbia, donde la administración ha sido criticada por ceder a presiones para supervisar su centro de estudios de Medio Oriente y permitir arrestos de estudiantes que se manifestaban contra la guerra, la presidenta Claire Shipman fue interrumpida por coros de protesta durante su discurso. Cientos de estudiantes corearon en solidaridad con los palestinos.
Este tipo de manifestaciones se repitió en graduaciones a lo largo del país. Estudiantes expresaron su apoyo a Palestina en discursos, coreando consignas y mostrando banderas palestinas.
En Brooklyn College y otras instituciones, personal de seguridad intentó retirar pancartas y banderas a los estudiantes que subían al escenario.
Cecilia Culver, de la Universidad George Washington, denunció en su discurso que su colegiatura financia un “genocidio” a través de inversiones universitarias en empresas vinculadas a Israel, llamando a la generación de 2025 a no donar a la universidad hasta que retire esas inversiones.
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En la Universidad de Nueva York, a un estudiante le retiraron su diploma por denunciar el “genocidio” y la complicidad de Estados Unidos.
Además, estudiantes mantienen huelgas de hambre en universidades como UCLA, CUNY, Yale y Stanford. También hubo intentos de restablecer plantones en otras instituciones, aunque han sido reprimidos.
Estas protestas ocurren en un contexto de amenazas de expulsiones, arrestos y otras acciones disciplinarias contra estudiantes, así como advertencias del presidente Trump sobre recortes de fondos a universidades que permitan protestas “ilegales”. La Casa Blanca ya ha ordenado el retiro de fondos federales a algunas universidades.
También se han reportado suspensiones de estudiantes y arrestos por parte de autoridades migratorias, así como la suspensión de entrevistas para nuevas visas estudiantiles.
El gobierno justifica esta medida como parte de una evaluación para investigar la actividad de los solicitantes de visa en redes sociales.
A pesar de la represión, las expresiones de resistencia y condena por parte de los estudiantes continúan.