En los próximos dos meses, el grupo liderado por Alejandro Moreno tiene grandes posibilidades de continuar al frente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tras la decisión del Consejo Político Nacional que domina.
A pesar de haber perdido 12 gubernaturas desde 2018, dicho grupo seguirá al mando de un priismo cada vez más disminuido, sin estructura social y con pocos liderazgos de arrastre nacional.
Se perfilan dos cercanos al exgobernador de Campeche para asumir la presidencia del partido: el actual coordinador en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira Valdez, y el secretario técnico del Consejo Político Nacional, Pablo Angulo Briceño, otro de los principales operadores de Alejandro Moreno.
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A diferencia de hace seis años, cuando varios nombres sonaban para liderar al PRI, en la presente ocasión no ha surgido ninguna propuesta de voces opositoras dentro del partido.
Muchos de los exgobernadores y militantes destacados que podrían haber tomado la dirección del PRI han sido expulsados por su cercanía a Morena.
De esa manera, el campo queda libre para que el grupo cercano a Alejandro Moreno encabece el destino del partido, en medio de su segunda derrota presidencial y mermas en sus bancadas legislativas.