Contra todo pronóstico, Carlos “Gullit” Peña sigue jugando al futbol de manera profesional y lo hace a su estilo: con una vida llena de fiestas, excesos e indisciplinas. Recientemente fue fichado por el Hutteen SC de Siria, club que se convirtió en el 14 de su carrera dentro de ocho países que ha recorrido.

Atrás quedaron los tiempos en que era considerado como uno de los mejores mediocampistas del país y los últimos años los ha dedicado a transitar por equipos y ligas tan exóticas como su vida misma.

Si en algún momento de su declive el futbolista aseguró ante las cámaras que había cambiado y dejado de lado su adicción al alcohol, con el tiempo se evidenció que solamente se trató de un discurso y una simulación para ganar una última oportunidad en la primera división de México con el Necaxa.

Poco a poco, al “Gullit” Peña dejó de importarle ser exhibido en redes sociales, donde aparecía en fiestas interminables, besando mujeres, mandando saludos a equipos amateurs y arrastrando las palabras como consecuencia del alto consumo de alcohol.

Con su clásica melena y sus joyas sobre el cuello, el jugador se convirtió en una especie de George Best mexicano, aquel mediocampista norirlandés que nunca ocultó su amor a la bebida y que inmortalizó en frases como “Gasté mucho dinero en carros, mujeres y alcohol. El resto lo desperdicié” o “En 1969 dejé las mujeres y el alcohol, pero fueron los peores 20 minutos de mi vida”.

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Vida Bohemia

A diferencia del mexicano, George Best supo combinar y prolongar por más tiempo su vida bohemia con éxitos dentro de la cancha, ya que jugó once temporadas con el Manchester United y ganó títulos de primera división, Copas de Europa, entre otros, además de representar a su país en 37 juegos.

El desenlace del jugador europeo fue similar al que está teniendo “Gullit” Peña, ya que se convirtió en un trotamundos de la pelota, a veces con estancias largas y otras no tanto, como fue el caso del club Jewish Guild de Sudáfrica, en el que solamente estuvo cinco partidos y se distinguió por sus ausencias en los entrenamientos.

Para ese momento, a George Best le daba lo mismo vestir la camiseta de un equipo de cuarta división de Inglaterra que ser figura con los Angeles Aztecs y marcar 15 goles en 24 partidos, convirtiéndolo en el “mejor mediocampista” de la temporada 1977.

El futbolista falleció en 2005 por complicaciones derivadas de su adicción, pero antes de partir, solicitó a un diario británico publicar una fotografía suya postrado en la cama de un hospital y acompañarla con una última gran frase: “No mueran como yo”.

A su manera

Al igual que el norirlandés, “Gullit” Peña puede presumir que nunca le ha faltado una propuesta sobre la mesa para seguir dedicándose al futbol, ya sea por mérito de su agente Morris Pagniello o una labor de convencimiento de su parte, pero el mexicano ya sabe lo que es jugar en canchas de Escocia, Polonia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Emiratos Árabes Unidos y próximamente Siria.

Una de sus últimas declaraciones a la prensa giran en torno a su llegada a un país que está constantemente en medio de conflictos bélicos. Ante el cuestionamiento, el “Gullit” fue tajante: “La verdad no me da miedo”. La respuesta del mexicano es tan temeraria como la vida que ha elegido jugar.