La capital de Haití, Puerto Príncipe, se encuentra en estado de emergencia luego de la fuga masiva de miles de reclusos de la Penitenciaría Nacional, tras un violento asalto por parte de pandillas armadas que dejó al menos una docena de muertos.
El toque de queda decretado la noche del domingo ha paralizado la ciudad, con escuelas y bancos cerrados y pocos habitantes atreviéndose a salir a las calles para comprar elementos esenciales como agua y combustible.
Las pandillas, que controlan gran parte de la capital, atacaron el aeropuerto internacional y edificios policiales, lo que llevó al gobierno a decretar el estado de emergencia en el departamento Ouest, que incluye Puerto Príncipe, y a imponer un toque de queda hasta el miércoles 6 de marzo.
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La crisis política en Haití se ha agravado desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, dejando la presidencia vacante y al país sumido en una grave crisis de seguridad.
Las pandillas exigen la renuncia del primer ministro Ariel Henry, quien ha gobernado desde la muerte de Moïse.
Haití, el país más pobre de América Latina, enfrenta una situación de extrema debilidad institucional, con fuerzas estatales rebasadas por la violencia de las bandas armadas que controlan zonas enteras del país.