El rover Perseverance de la NASA encontró una roca llena de vetas, denominada por el equipo científico como “Cheyava Falls”, que podría contener pruebas de que la vida microbiana existió en Marte hace miles de millones de años.
Utilizando sus sofisticados instrumentos, Perseverance realizó un análisis detallado de la muestra recolectada en el límite norte de Neretva Vallis, un antiguo valle fluvial que alguna vez tuvo un ancho de 400 metros y que indica que esa región estuvo en un tiempo cubierta de agua.
Los científicos han observado una serie de señales químicas en la roca que se ajustan a lo que se podría considerar como un posible indicador de vida antigua.
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Las imágenes recolectadas revelan compuestos orgánicos que, según los investigadores, podrían ser evidencia de la existencia de seres microbianos en épocas pasadas.
El análisis mediante escaneos de luminiscencia mostró la presencia de compuestos que han dejado a la comunidad científica con la hipótesis de que podrían ser los vestigios de un fenómeno biológico que, hasta ahora, solo se ha documentado en la Tierra.
Sin embargo, los investigadores advierten que no es una conclusión definitiva. Los compuestos orgánicos presentes en la roca también pueden formarse a través de procesos no biológicos, lo que mantiene abierto el debate sobre la verdadera naturaleza de estas señales.