Unas antiguas inscripciones halladas en la mina de Serabit el-Khadim, en la península del Sinaí, han desatado un nuevo debate entre arqueólogos, teólogos e historiadores.
Michael S. Bar-Ron, rabino retirado y académico en la Universidad Ariel, asegura que dos de estas inscripciones, de hace unos 3,800 años, contienen referencias directas a Moisés.
El hallazgo se suma a un conjunto de escrituras protosinaíticas, consideradas de las más antiguas del mundo, descubiertas a inicios del siglo XX por el arqueólogo William Flinders Petrie.
Bar-Ron utilizó imágenes en alta resolución y escaneos 3D para reinterpretar dos textos que, según su lectura, dicen “Este es Moisés” y “Un dicho de Moisés”.
Te puede interesar: Científicos inician la primera excavación para buscar el Arca de Noé
De confirmarse, las inscripciones podrían convertirse en la primera prueba material de la existencia del líder bíblico, lo que representaría un giro en la comprensión de la historia del judaísmo y el cristianismo.
Sin embargo, la propuesta ha generado fuertes críticas. Expertos como Thomas Schneider, egiptólogo de la Universidad de Columbia Británica, la califican de “infundada y engañosa”.
Otros especialistas señalan que el nombre Moisés pudo ser común en Egipto, lo que relativiza la hipótesis. Aunque la reinterpretación ha captado la atención mediática, la comunidad académica mantiene la cautela y recuerda que, hasta ahora, las pruebas sobre la existencia histórica de Moisés siguen siendo limitadas y controvertidas.