El huracán Helene dejó una marejada ciclónica sin precedentes, inundaciones, daños en estructuras y al menos cuatro muertos y decenas de personas atrapadas en sus viviendas, en Florida, Estados Unidos.

Helene tocó tierra cerca de la medianoche del jueves 26 de septiembre en el llamado Big Bend de Florida como un huracán 4.

De las cuatro muertes reportadas, una ocurrió en Florida, según confirmó el gobernador del estado, Ron DeSantis, por la caída de un poste, dos más en Alamo (Georgia) y otra más en Carolina del Norte.

Este viernes, Helene se degradó a tormenta tropical; sin embargo, la amenaza se mantendrá mientras apenas comienzan las arduas tareas de rescate y búsqueda de víctimas.

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En la zona de Cedar Key, cerca de donde tocó tierra Helene, las patrullas comenzaron desde la madrugada a remover los árboles de las carreteras principales para mantener el flujo de los socorristas, aseguró EFE.

En su más reciente boletín, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que Helene aún produce “ráfagas de vientos dañinos e inundaciones que pueden poner en peligro la vida en varias partes del sureste y el sur de los Apalaches”.