En lugar de presentar el Mate 60 Pro en un llamativo evento de marketing, Huawei optó por comenzar a venderlo en línea de manera discreta; ni siquiera reveló especificaciones técnicas clave, pero agotó su inventario en cuestión de horas.
El debut del Mate 60 Pro cobra sentido cuando se lo considera más como un mensaje político que como un simple dispositivo móvil.
Huawei Technologies Co. ha estado en el centro de los esfuerzos de Estados Unidos para coartar el desarrollo tecnológico chino, desde que el gobierno de Trump incluyó a la empresa en una lista negra que restringía su acceso a la tecnología estadounidense en 2019.
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A pesar de que los chips Kirin del Mate 60 no son tan avanzados como los de Apple, el hecho de que China esté cerca de alcanzar a Estados Unidos en términos de capacidades tecnológicas ha despertado la atención de la comunidad global.
Se espera que la administración Biden establezca controles de exportación más estrictos en el otoño, al tiempo que China ha impuesto restricciones al uso de iPhones en empresas y agencias vinculadas al Estado.
La lucha no se centra únicamente en los smartphones, sino en aplicaciones estratégicas como la inteligencia artificial y la supercomputación, así como en la tecnología militar.
A pesar de las dificultades que enfrenta China para acceder a equipos necesarios para la fabricación de chips avanzados, el país ha demostrado su capacidad para producir procesadores de alta calidad utilizando tecnología nacional.