La situación en Yemen se agrava tras intensos ataques aéreos estadounidenses contra posiciones de los rebeldes hutíes, respaldados por Irán.

Estados Unidos justificó la acción como un intento de disuadir a los hutíes de continuar atacando buques militares y comerciales en el corredor marítimo del Mar Rojo.

El Secretario de Estado, Marco Rubio, declaró a CBS que Estados Unidos no permitirá que los hutíes controlen el tráfico marítimo en la zona, señalando que los ataques continuarán hasta que los rebeldes pierdan su capacidad de interrumpir el flujo de navegación

El presidente Trump fue aún más contundente y prometió “fuerza letal abrumadora” y responsabilizó a Teherán por las acciones de los hutíes.

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Según fuentes del Ministerio de Salud dirigido por los hutíes, los ataques nocturnos dejaron al menos 31 muertos, incluyendo mujeres y niños, y más de 100 heridos en Saná y la provincia de Saada.

El asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, afirmó que los ataques apuntaron a líderes hutíes, aunque no proporcionó detalles ni pruebas.

La respuesta de los hutíes no se hizo esperar, su oficina política declaró que responderán a la escalada con escalada, aumentando los temores de una prolongada confrontación.

Los hutíes han intensificado sus ataques contra el comercio internacional en el Mar Rojo, alegando solidaridad con los palestinos en Gaza

También han lanzado misiles y drones contra Israel y han hundido dos buques mercantes.  Estados Unidos acusa a Irán de suministrar armas y apoyo militar a los hutíes, algo que Teherán niega.