Iglesia Católica denuncia “la peor crisis humanitaria” que se haya vivido en Argentina
evangelio | 8 agosto, 2024

“Nuestra patria está herida, despojada de todo, media muerta”, fue la emotiva afirmación con la que el arzobispo Jorge García Cuevas calificó la angustiante realidad que atraviesa Argentina durante su homilía en la misa celebrada en la Iglesia de San Cayetano, de Buenos Aires.

La misa se llevó a cabo en el marco de una vigilia que desde el martes reunió a centenares de fieles que se acercaron para pedir y agradecer al santo de los pobres y olvidados.

Posteriormente, una multitud marchó hacia la emblemática Plaza de Mayo, donde se sumaron movimientos sociales, representantes de diversas centrales sindicales y organismos de derechos humanos, todos unidos en una misma voz de protesta y esperanza.

Durante el acto, se alzaron críticas al gobierno del presidente Javier Milei, enfatizando que “el hambre es una forma de violencia”, un lema que resonó con fuerza entre los presentes.

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Los oradores denunciaron una situación económica y social calificada por varios dirigentes como “nunca vivida en el país”, señalando que las cifras de pobreza e indigencia han escalado drásticamente, alcanzando niveles que varían entre el 59 % y el 69 % en las provincias.

García Cuevas hizo un llamado a la solidaridad, demandando “paz, pan y trabajo”, rechazó la indiferencia y pidió una reflexión profunda sobre la crisis que enfrenta el país: “Hay muchas maneras de pasar de largo; vivir ensimismados, desentenderse de los demás, ser indiferentes, o discutir en escritorios cifras de pobreza y de indigencia, esterilizadas de lágrimas y humanidad”.

Los manifestantes, con pancartas y cánticos que apuntaban directamente al gobierno de Milei, denunciaron cómo, en menos de ocho meses, la administración ultraderechista habría condenado a muchas provincias a un estado de hambre al no enviar los fondos de coparticipación.

Ante la cruda realidad, se exigió “unidad, solidaridad, resistencia y esperanza” para enfrentar lo que se describió como “la peor crisis humanitaria que hayamos vivido en Argentina”.

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