Dos mujeres estadounidenses que habían perdido la capacidad de hablar debido a enfermedades neurológicas recuperaron la habilidad de comunicarse gracias a implantes cerebrales que interactúan con programas de computadora.
El desarrollo de esos implantes cerebrales abre la puerta a intervenir directamente en el cerebro y registrar su actividad eléctrica para ayudar a pacientes con problemas neurológicos, como lesiones en la médula espinal, así como a acceder a funciones cognitivas superiores y emociones.
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El investigador del Instituto de Neurobiología de la UNAM, Víctor Hugo de Lafuente Flores, considera que este avance abre la posibilidad de comprender y manipular la actividad cerebral como nunca antes.
Sin embargo, actualmente, la exploración de las funciones cognitivas y emocionales del cerebro es principalmente teórica debido a la falta de conocimiento del código neuronal, el lenguaje de las neuronas para comunicarse.
El siguiente paso plantea interrogantes éticas sobre quién debería tener acceso y propiedad de la información generada por los implantes cerebrales, un tema que requiere regulación para evitar problemas similares a los de las redes sociales.