España enfrenta una crisis por los incendios forestales que han dejado tres personas muertas, más de una decena de heridos y alrededor de ocho mil evacuados.
Las llamas, avivadas por la segunda ola de calor del verano, han arrasado casi 100 mil hectáreas solo en la última semana, afectando comunidades en el norte, sur y este del país.
La última víctima es un hombre de 37 años que falleció este jueves por quemaduras en el 85 % de su cuerpo mientras combatía el fuego en la provincia de Zamora, que se extendió a León.
Los otros fallecidos son un hombre de 35 años, atrapado por las llamas mientras realizaba trabajos de desbroce, y otro de 50 años que intentaba rescatar caballos en Tres Cantos, Madrid. Varios heridos permanecen en estado crítico.
Ante la magnitud del desastre, el Gobierno español solicitó por primera vez la activación del Mecanismo Europeo de Protección Civil, lo que permitió la llegada de dos aviones Canadair desde Francia y el uso del sistema de satélites Copérnico para mapear las zonas afectadas.
Actualmente, más de tres mil 400 efectivos, incluidos mil 200 de la Unidad Militar de Emergencias, combaten 10 incendios activos en distintas regiones.
La emergencia también ha provocado cortes en al menos 14 carreteras y afectaciones al servicio ferroviario de alta velocidad.
Autoridades advierten que la campaña de incendios de este año podría ser tan dura como la de 2023, cuando olas de calor extremas exigieron la intervención de todos los recursos disponibles.