El costo de bienes y servicios en Estados Unidos aumentó un 0.2 % en febrero, lo que elevó la inflación anualizada a 2.8 %, según el informe del Buró de Estadísticas Laborales.

Excluyendo alimentos y energía, el Índice de Precios al Consumidor (CPI) se ubicó en 3.1 %, lo que refuerza la preocupación sobre la estabilidad económica.

El alza inflacionaria se da en un contexto de tensiones comerciales, agravadas por la reciente imposición de un arancel del 25 % a las importaciones de acero y aluminio por parte de la administración de Donald Trump.

Esta medida afecta especialmente a Canadá, Brasil, México, Corea del Sur y Vietnam, naciones que podrían responder con represalias comerciales.

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La Reserva Federal adelantó que no reducirá las tasas de interés debido a la inflación persistente, manteniéndolas entre 4.25 % y 4.5 %.

Jerome Powell, presidente del organismo, señaló que el panorama económico no permite flexibilizar la política monetaria, lo que contradice las expectativas de Trump de estimular el crecimiento mediante tasas más bajas.

En sus primeros 51 días de gobierno, la política comercial de Trump ha generado volatilidad en Wall Street, con una caída del 8 % en el mercado bursátil y un incremento en los niveles de inflación. Con un 40 % de probabilidad de recesión, analistas advierten que las medidas proteccionistas podrían agravar aún más la incertidumbre económica.