Los precios al consumidor en Estados Unidos subieron más de lo previsto en junio, impulsados por los efectos de los nuevos aranceles aplicados a productos importados.
El Índice de Precios al Consumo (IPC) aumentó 0.3 % respecto a mayo, su mayor alza desde enero, y 2.7 % en términos anuales, según datos publicados este martes por el Departamento de Trabajo. Economistas habían proyectado una variación interanual de 2.6 %.
La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, también se aceleró al subir 0.2 % mensual y 2.9 % interanual, reflejando el encarecimiento sostenido de bienes.
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Este comportamiento comienza a reflejar el impacto de los aranceles anunciados por el presidente Donald Trump en abril, que empezarán a elevarse aún más a partir del 1 de agosto para países como México, Canadá, Brasil, Japón y miembros de la Unión Europea.
Aunque los precios de bienes aumentan, sectores como transporte aéreo y hospedaje mantienen incrementos moderados, debido a una demanda débil que ha contenido los costos en servicios. Esto podría limitar el riesgo de una inflación más generalizada.
La Reserva Federal se enfrenta ahora a un escenario más incierto. Aunque busca mantener la inflación en torno al 2 %, el repunte reciente podría frenar los planes de recorte en las tasas de interés.
Diversos analistas prevén que el banco central mantenga su tasa de referencia entre 4.25 % y 4.5 % en su próxima reunión a fin de mes.