De acuerdo con un informe de Oxfam, entre 2020 y 2024, la fortuna de los cinco hombres más ricos del mundo se duplicó, alcanzando los 869 mil millones de dólares en 2023, abriendo la brecha de desigualdad, en la que el 1 % de los más ricos posee en 43 % de los activos financieros del mundo.

Mientras tanto, la riqueza del 60% más pobre de la humanidad se redujo, dejando a 4 mil 800 millones de personas más pobres que en 2019, debido a bajos salarios, la crisis económica derivada del covid-19 y la inflación en los productos básicos.

Oxfam aboga por un sistema tributario más distributivo y el reforzamiento del papel del Estado en la economía; señala que las empresas transnacionales y sus accionistas han tenido dos décadas “extraordinariamente lucrativas”, y que entre 2021 y 2022, los beneficios de las empresas más grandes del mundo aumentaron en 89 %.

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El informe destaca que durante 30 años, las grandes empresas han consolidado sus monopolios y concentrado los mercados en distintos sectores, dicho enfoque ha beneficiado a los accionistas a expensas de los trabajadores, a menudo a través de despidos o reducciones salariales.

Los salarios de 791 millones de trabajadores no se han ajustado a la inflación, lo que ha resultado en una pérdida de 1.5 billones de dólares en los últimos dos años, equivalente a casi un mes de sueldo perdido para cada empleado.

Oxfam resalta que las grandes empresas continúan librando una “guerra fiscal” efectiva, con tasas de impuestos que se han reducido a la mitad desde la década de 1980 en la OCDE.

La situación mencionada ha afectado los ingresos estatales, llevando a la privatización de servicios públicos y exacerbando la desigualdad.

En un mundo en la “edad dorada de la desigualdad”, según Oxfam, los más ricos también son los principales contribuyentes a la crisis climática, ya que las emisiones de carbono del 1 % más rico superan las de los dos tercios más pobres de la población mundial.