Casi cuatro mil habitantes de la ciudad costera de Grindavík, en Islandia, fueron evacuados debido al aumento de sismos que se han registrado en los últimos días que presagian una inminente erupción volcánica, similar a lo que ocurrió en Michoacán en 1943, con la actividad del Paricutín.
El doctor Carlos Valdés, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, explicó que el problema que enfrenta esta ciudad es que los sismos siguen ocurriendo y “están aumentando en número y magnitud”.
El investigador señaló que el origen de estas fracturas es el empuje de material magmático, y al estar cerca de la ciudad de Grindavík crea una eventual fractura y dejar salir ese material en lugares habitados.
Agregó que este tipo de situaciones ya las hemos vivido en México, en el estado de Michoacán. “Hace exactamente 80 años y unos meses, a la erupción del Paricutín la precedió una gran cantidad de sismos que habían ocurrido con tanta frecuencia y de tal magnitud que hasta la iglesia de las poblaciones cercanas se dañó”.
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El doctor Valdés indicó que la separación de las placas tectónicas norteamericana y euroasiática están dividiendo a Islandia.
Islandia sigue a la espera de lo que podría ser la erupción volcánica más catastrófica en medio siglo, que amenaza con destruir por completo la localidad de Grindavík, y que ha dado muestras de ser inminente con más de dos mil terremotos en apenas dos días.
Un túnel de magma se extiende bajo la localidad de Grindavík, sin que sea posible predecir cuándo ni por dónde terminará emergiendo. De hecho, la aparente reducción de la actividad sísmica en la zona es también un indicador de que el magma está cada vez más cerca de la superficie.
El magma ya salió a la superficie en esta zona en varias ocasiones en los últimos dos años, pero a través de pequeñas fisuras que no suponían amenazas.