Alrededor de 20 mil personas se manifestaron en las Islas Canarias para exigir un cambio en el modelo turístico, denunciando el encarecimiento de la vivienda y la expulsión de residentes locales.
Los manifestantes llaman a las autoridades, tanto centrales como autonómicas y municipales, a adoptar medidas “urgentes” para combatir el fenómeno, que consideran su principal preocupación.
Las protestas, bajo el lema “Canarias tiene un límite”, también exigen al presidente autonómico, Fernando Clavijo, que escuche sus reclamos.
Las Islas Canarias, a pesar de ser un destino turístico importante, enfrentan altos niveles de desempleo, bajos salarios y precariedad laboral. Esta situación ha llevado a la población a movilizarse en contra de un modelo turístico que, si bien genera ingresos, también impacta negativamente en su calidad de vida.
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Las protestas se realizaron en Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote, La Palma, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro, con consignas como “Líderes en turismo y en pobreza: los esclavos de Europa” y “Es hora de despertarnos, nos jugamos el futuro de nuestra casa”.
Helena Espinosa, vocera de la plataforma convocante, enfatizó la necesidad de un cambio de modelo que controle la cantidad de turistas que las islas pueden recibir.
“No estamos en contra del turismo, estamos a favor de un modelo en el que se controle y mida la cantidad de turistas que somos capaces de recibir en unas islas ya colapsadas”, afirmó.
Felipe Ravina, documentalista canario, advirtió sobre el aumento de la población y la limitación de recursos y espacio del archipiélago.
Los manifestantes exigen reformas urgentes como la paralización de proyectos destructivos, una moratoria hotelera y vacacional, una Ley de Residencia e impulso a energías renovables.