El ejército israelí llevó a cabo un ataque aéreo en la capital libanesa, Beirut, con el objetivo declarado de neutralizar a un líder miliciano vinculado a un reciente ataque que, según Israel, resultó en la muerte de 12 niños y adolescentes en los Altos del Golán.

Israel responsabilizó a Hezbollah, el grupo armado libanés, del ataque, aunque Hezbollah ha negado cualquier participación.

De acuerdo con un oficial del grupo y la estación de televisión asociada a Hezbollah, el bombardeo israelí impactó en un bastión del grupo en el sur de Beirut, provocando daños significativos.

Sin embargo, una fuente cercana al movimiento islamista afirmó que Fuad Shukr, el comandante encargado de las operaciones contra Israel en el sur de Líbano, logró sobrevivir al ataque.

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A pesar de que las Fuerzas de Defensa de Israel describieron la acción como un ataque “selectivo” contra el dirigente de Hezbollah, la incursión resultó en al menos 17 heridos, incluidos seis menores.

Los miembros de la Defensa Civil fueron activados para llevar a cabo operaciones de rescate en el suburbio afectado, y los heridos fueron trasladados a hospitales cercanos para recibir atención médica.

El ministro de Asuntos Exteriores de Líbano, Abdullah Bou Habib, condenó lo que calificó de “agresión israelí” y anunció su intención de presentar una denuncia formal ante las Naciones Unidas.

“Este ataque es una violación de nuestra soberanía y un riesgo inaceptable para la vida de civiles en nuestro país”, afirmó.

Por su parte, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina calificó el acto como un “crimen de guerra flagrante”, argumentando que el ataque israelí tuvo como blanco a civiles inocentes que se encuentran bajo la protección del gobierno legítimo del Líbano.