El sur de Gaza se vio sumido en el pánico, luego de que al menos 44 palestinos perdieran la vida a causa de los ataques israelíes en la ciudad de Rafá, entre ellos, una docena de niños.

Los habitantes temen una posible invasión por tierra planeada por Tel Aviv. Rafá, ubicada en la frontera sur con Egipto, es el último refugio para la población civil de Gaza y una de las pocas áreas que aún no ha sido objeto de una ofensiva terrestre israelí.

Antes del actual conflicto, la ciudad albergaba a 280 mil personas, pero en la actualidad más de la mitad de los 2.3 millones de residentes de la franja se han refugiado allí.

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La mayoría de ellos se encuentran apiñados en tiendas de campaña, albergues improvisados, escuelas o terrenos de hospitales, después de haber sido desplazados en varias ocasiones por órdenes de evacuación israelíes, a medida que avanzaba la campaña militar en el territorio durante los últimos cuatro meses de guerra.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció la orden a los militares de preparar planes tanto para la evacuación como para la invasión terrestre de Rafá, mientras que más de dos tercios del territorio de Gaza ya han sido evacuados, y grandes extensiones de la franja se encuentran en ruinas.

“Mi principal preocupación es el precio que tendrá para la población civil”, declaró el miembro del programa para Medio Oriente y Noráfrica del Instituto Real de Asuntos Internacionales de Gran Bretaña, Yossi Mekelberg.

En tanto que organizaciones no gubernamentales que trabajan en el territorio advirtieron sobre un posible baño de sangre si las tropas israelíes avanzan hacia Rafá.