Javier “El Vasco” Aguirre, actual técnico de la Selección Mexicana de futbol, evitó pronunciarse sobre las movilizaciones de migrantes mexicanos en Los Ángeles contra las redadas impulsadas por el gobierno de Donald Trump.

Cuestionado en conferencia de prensa, Aguirre se declaró “apolítico” y afirmó que su labor es únicamente representar con dignidad al país en el ámbito deportivo.

“Soy entrenador de la selección mexicana, no portavoz de los mexicanos”, dijo previo al encuentro de preparación frente a Turquía, rumbo a la Copa Oro que se celebrará en Estados Unidos.

El combinado nacional debutará este sábado ante República Dominicana en el SoFi Stadium de California, en un contexto de tensión social por las protestas migrantes.

Por razones de seguridad, la Selección cambió su hotel sede en Los Ángeles, saliendo de la zona de Long Beach para evitar el centro de la ciudad, donde se esperan nuevas manifestaciones. La Concacaf autorizó el cambio.

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Las declaraciones de Aguirre han generado críticas, especialmente porque la Selección Mexicana juega la mayoría de sus partidos en Estados Unidos, donde miles de migrantes llenan los estadios.

La ausencia de gestos de solidaridad contrasta con la postura del exseleccionado Carlos Vela, quien expresó abiertamente su apoyo a los migrantes.

Aguirre ha tenido vínculos con la política en el pasado. En los años 80 mostró simpatía por la izquierda y apoyó al PSUM. Incluso lideró la primera Asociación de Futbolistas Profesionales y organizó un partido con el EZLN en los 90.

Años después, mantuvo una relación cercana con el expresidente Felipe Calderón, quien lo convenció de regresar al banquillo nacional en 2009.

Hoy, su silencio ante la persecución de migrantes contrasta con aquel pasado combativo, generando críticas sobre el papel público y social de figuras como él, que representan a millones dentro y fuera del país.