Jorge Bergoglio en el metro de Buenos Aires, la foto que anticipó un pontificado distinto
evangelio | 21 abril, 2025

Mucho antes de convertirse en el líder espiritual de más de mil millones de católicos, Jorge Mario Bergoglio ya daba señales claras del tipo de autoridad que encarnaría como papa Francisco.

Una fotografía tomada en 2008 lo muestra sentado en silencio en un vagón del metro subtérraneo de Buenos Aires, vestido de negro, con su habitual maletín en las manos. Sin escoltas, sin ceremonia. Solo, como un ciudadano más.

La imagen, capturada por el fotoperiodista Pablo Leguizamon, ha resurgido en los últimos días tras el fallecimiento del pontífice, sirviendo como símbolo de un estilo de liderazgo basado en la cercanía, la austeridad y la coherencia de vida.

En ese entonces, Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires, y era habitual verlo desplazarse en transporte público, caminar por las calles del centro o visitar villas y parroquias sin previo aviso.

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Lejos del boato clerical, el entonces cardenal ya vivía de forma sencilla: no usaba chofer, no ocupaba la residencia episcopal oficial, y preparaba él mismo sus comidas.

Estos gestos, que podrían parecer anecdóticos, fueron en realidad expresiones cotidianas de una espiritualidad profundamente encarnada y comprometida con los más humildes.

Cuando fue elegido papa en 2013, esa misma actitud se hizo visible desde el primer instante: eligió el nombre de Francisco, renunció al uso del trono papal, vivió en la residencia Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico y pidió a los fieles que rezaran por él antes de impartir su primera bendición.

La foto en el metro no sólo documenta un momento cotidiano, sino que anticipa la esencia de un pontificado que marcó un antes y un después en la historia reciente de la Iglesia católica.

Una imagen sencilla que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un retrato profético del “papa del pueblo”.

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