En Costa Rica, el acceso a la vivienda para los jóvenes se ha convertido en un reto creciente. De acuerdo con un informe del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA), en 2022 el 60% de los jóvenes entre 20 y 29 años vivían con sus padres, lo que refleja un obstáculo significativo para la independencia.
El país muestra cifras más altas que otras naciones latinoamericanas de la OCDE. Mientras Costa Rica alcanza el 60%, Chile registra un 50%, México un 46% y Colombia un 35%. La falta de viviendas de alquiler asequibles y bien ubicadas es la principal razón que limita la emancipación de los jóvenes costarricenses.
El estudio señala que existe una relación directa entre la disponibilidad de opciones de arrendamiento accesibles y la capacidad de los jóvenes para independizarse.
Al inicio de la vida laboral, los ingresos son reducidos y el alquiler se convierte en la primera alternativa. Sin embargo, la escasez y los costos elevados retrasan el proceso.
La situación en Costa Rica se asemeja a la de países como Corea del Sur, Italia, Grecia y España, donde la proporción de jóvenes que permanecen en casa de sus padres también es elevada.
La pandemia de COVID-19 agravó este fenómeno, al aumentar el desempleo y obligar a muchos a regresar al hogar familiar.