En la ceremonia de develación de la placa de la nueva sede de la embajada de Estados Unidos en México, el embajador Ken Salazar enfatizó que la relación bilateral no debe basarse en la división ni en la construcción de muros, sino en la cooperación, el respeto mutuo y un trato de iguales.

A pocos días de finalizar su gestión, Salazar subrayó la necesidad de intensificar el trabajo conjunto en materia de seguridad, especialmente tras la extradición del exlíder del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén.

“Esta visión de dividir, de hacer muros, de ver a una gente inferior a otra, no es la nuestra. Nuestro enfoque es ser socios, iguales y parte de una familia”, expresó, en referencia a la postura del próximo presidente estadounidense, Donald Trump.

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Salazar abordó también el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), asegurando que no está en riesgo, y destacó la interdependencia económica entre ambas naciones.

Con la nueva embajada, que será la más grande del mundo, con 100 mil metros cuadrados y una inversión de mil millones de dólares, Salazar reafirmó el compromiso de colaboración entre México y Estados Unidos, construido por trabajadores de ambos países.

Además, el embajador deseó éxito a su sucesor, Ron Johnson, subrayando que, a pesar de los cambios de administración, la relación entre México y Estados Unidos perdurará.