La Catrina vive en el Día de Muertos
evangelio | 20 octubre, 2024

El Día de Muertos es un ritual que combina elementos de la cultura indígena y la tradición católica, una muestra del profundo respeto y amor que los mexicanos sienten por sus seres queridos que han partido.

Entre los elementos más representativos de las ofrendas se encuentran el pan de muerto, la flor de cempasúchil, agua, sal, papel picado, inciensos y retratos de los fallecidos; cada uno de esos componentes tiene un significado especial y contribuye a la creación de un altar que no solo recuerda a los difuntos, sino que también celebra la vida.

Un ícono indiscutible es La Catrina, un personaje que ha trascendido fronteras y se ha convertido en un símbolo de la muerte en la cultura mexicana.

Originalmente conocida como “La Calavera Garbancera”, este personaje fue concebido por el artista José Guadalupe Posada, quien utilizó su arte para criticar las desigualdades sociales de su tiempo.

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En su grabado de 1912, Posada retrató a La Catrina con un sombrero, despojada de vestimenta, lo que representaba una crítica a la pobreza que sufrían muchos mexicanos.

Sin embargo, fue en 1947 cuando La Catrina adquirió su nombre actual y su característico atuendo, gracias al muralista Diego Rivera, quien la incluyó en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”.

En dicha obra, Rivera se autorretrata rodeado de figuras icónicas de la historia mexicana y coloca a La Catrina en primera línea, revitalizando su imagen y dándole un nuevo significado.

El término “Catrina” proviene de “catrín”, que se refiere a un hombre bien vestido y elegante, un símbolo de la aristocracia mexicana de finales del siglo XIX y principios del XX.

De esa manera, Rivera no solo reivindicó a La Catrina como un símbolo de la muerte, sino que también la dotó de un contexto social que refleja la dualidad de la vida y la muerte en la cultura mexicana.

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