La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos ofreció a sus empleados la posibilidad de renunciar voluntariamente a cambio de una indemnización equivalente a aproximadamente ocho meses de salario, informó el Wall Street Journal citando fuentes oficiales.

La medida forma parte de los esfuerzos de la Administración Trump para reducir el tamaño de las agencias federales y reformar la burocracia gubernamental.

Además de la reducción de personal, funcionarios estadounidenses han reconocido que esta política busca incentivar la salida de empleados que no se alinean con la agenda del presidente.

En este contexto, un asesor del director de la CIA, John Ratcliffe, confirmó que la agencia ha suspendido temporalmente la contratación de nuevos solicitantes, incluyendo aquellos con ofertas previamente aprobadas.

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Según indicó, algunas ofertas podrían ser rescindidas si los candidatos no cumplen con los nuevos perfiles estratégicos de la agencia.

El portavoz de la CIA justificó la iniciativa como un esfuerzo por “infundir energía renovada” en la institución y garantizar que su personal esté alineado con las prioridades de seguridad nacional establecidas por la Administración Trump.

En su audiencia de confirmación, Ratcliffe adelantó que su gestión promovería una CIA más “agresiva”, con un enfoque prioritario en la lucha contra los cárteles de la droga y la contención de China.

La reestructuración de la agencia responde a la promesa electoral de Trump de reformar el aparato burocrático de Estados Unidos, un plan que comenzó a ejecutarse tras su llegada a la Casa Blanca.

Con esta iniciativa, la CIA se convierte en la primera agencia de seguridad nacional en experimentar cambios significativos dentro de este proceso de transformación gubernamental.