Durante junio, la economía mexicana mantuvo su tendencia de desaceleración mensual, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) registró un crecimiento de apenas 0.2% respecto a mayo, lo que representa el segundo mes consecutivo con menor dinamismo, tras los aumentos de 0.5% en abril y 0.3% en mayo.
La leve expansión se debió a un crecimiento igual de 0.2% tanto en el sector secundario, industrias manufactureras, construcción y minería, como en el terciario, que incluye comercio y servicios.
No obstante, analistas financieros advierten una marcada moderación en las actividades terciarias en comparación con el año anterior, reflejando una menor presión en los principales sectores productivos.
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El entorno económico actual presenta múltiples factores de incertidumbre. A nivel externo, el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado nerviosismo en los mercados globales, especialmente por su postura sobre comercio e inmigración.
Internamente, la transición del nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum y los cambios derivados de la reforma judicial generan dudas sobre el rumbo económico e institucional del país.
Pese a este panorama, la Secretaría de Hacienda mantiene su proyección de crecimiento entre 1.5% y 2.3% para 2025. Sin embargo, estimaciones de organismos como el IMEF y la OCDE apuntan a un avance más modesto: 0.1% y 0.4%, respectivamente.
La evolución de los sectores económicos clave en los próximos meses será determinante para ajustar los pronósticos del segundo semestre.