La extorsión: un fantasma que condiciona la economía de Morelia
evangelio | 12 agosto, 2025

En Morelia, los mercados abren temprano y las calles comerciales despiertan con el mismo ritual de siempre: cortinas que se levantan, proveedores que descargan mercancía, clientes que comienzan a llegar. A simple vista, es la rutina de una ciudad que se mueve gracias a su comercio. Pero bajo esa normalidad aparente, crece un factor que no figura en los precios ni en los balances contables. Es un costo que no se anuncia y que nadie coloca en las vitrinas, pero que pesa sobre cada venta: la cuota que impone la intimidación. El “cobro de piso” ha dejado de ser un rumor aislado para convertirse en un condicionante silencioso que define quién abre, quién cierra y quién se atreve a seguir.

Extorsión en cifras y realidades

Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), la extorsión, a diferencia de otros delitos, ha mostrado un incremento sostenido en los últimos años. Entre 2019 y 2025, creció en promedio un 25 % a nivel nacional, lo que la convierte en el único delito de alto impacto que ha escalado durante este período, incluso al tiempo que otros como el homicidio y robo reportan disminuciones significativas   .

En el ámbito estatal, el panorama no es menos grave. En mayo de 2025, Michoacán acumuló 295 carpetas de investigación por extorsión, cifra que representa un aumento del 22.4 % respecto al año anterior y coloca al delito como uno de los que más crece en la entidad. Este incremento marca una alerta importante, especialmente considerando que en lo que va del año, marzo registró 1 046 víctimas de extorsión, la máxima cifra mensual en lo que va de 2025  .

En Morelia, el registro reportado por la organización civil Amigos Empresarios de Michoacán alcanza 20 casos documentados de extorsión durante 2025, también vía telefónica o mensajes escritos, de los cuales solo tres se denunciaron formalmente ante la Fiscalía General del Estado. La Policía Municipal, por su parte, recibió entre cuatro y cinco reportes semanales de este delito, lo que indica que bajo esa aparente calma hay una actividad constante de intimidación  .

Más allá del pago: los efectos invisibles

La dinámica del “cobro de piso” en Morelia trasciende el aspecto económico. Cada comerciante que deja de denunciar lo hace por miedo a represalias o por la percepción de que denunciar no garantiza seguridad. Esta lógica erosiona la confianza institucional, refuerza la impunidad y convierte la extorsión en algo difícil de erradicar porque, en cierta medida, se vuelve funcional al miedo que genera.

Además, la presencia silenciosa de este delito impone una distorsión simultánea: quienes pagan no se arriesgan a enfrentar mayores consecuencias, y quienes optan por cerrar sus puertas o migrar a otro giro se enfrentan al dilema de arriesgarlo todo o ceder al chantaje.

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Respuesta institucional y nuevos desafíos

La reacción institucional ha adoptado nuevos matices con el avance del delito. En julio de 2025, se puso en marcha una Estrategia Nacional contra la Extorsión, diseñada para combatirlo de oficio, sin depender de una denuncia formal. Además, se impulsó la creación de unidades especializadas en extorsión dentro de las fiscalías estatales, el uso de la línea anónima 089, y la colaboración con la Unidad de Inteligencia Financiera para congelar recursos vinculados.

Respecto a Michoacán, estas medidas han tenido efectos mixtos. Si bien el Estado forma parte de las ocho entidades más afectadas por este delito, con cerca del 66 % de los casos a nivel nacional, también ha sido escenario de detenciones relevantes: en julio se detuvo a tres personas en flagrancia al cobrar una extorsión en Morelia, asegurando dinero en efectivo, volantes con amenazas y vehículos usados en la amenaza  . Asimismo, Michoacán destacó entre los estados con más detenciones por extorsión en un solo mes recientemente  .

Entre cárteles y cadenas de mando criminal

Las estructuras criminales detrás de estas extorsiones son más complejas de lo que muchos suponen. En la llamada Tierra Caliente, cárteles como Los Viagras, Cárteles Unidos y grupos como Los Blancos de Troya han escalado su control mediante extorsión, secuestro y violencia directa. El asesinato de investigadores federales en Apatzingán y el acoso constante a citricultores ilustran cómo estas redes criminales actúan con violencia y suspensión del estado de derecho.

Esto no solo ocurre en zonas rurales: su lógica se ha extendido al ámbito urbano, creando una relación simbiótica entre cárteles y pequeñas economías familiares, en la que el delito se normaliza como mecanismo de control territorial y económico.

Cierre editorial: reactivar la resistencia colectiva

Morelia, Michoacán, y el país en general, se encuentran en una encrucijada: aceptar la extorsión como parte de la normalidad cotidiana o recuperar el pulso colectivo de denuncia, prevención y protección. Lo ocurrido en julio de 2025 deja un dato alentador: el homicidio doloso registró su cifra más baja desde 2015, producto de una estrategia coordinada entre autoridades federales, estatales y ciudadanía  .

La próxima batalla está en reformular el costo de hacer negocios no solo como un pago, sino como algo que los ciudadanos se niegan a ofrecer. Defender la economía local significa, también, obligar al Estado a asumir la custodia real de quienes ejercen su derecho al comercio, sin vivir bajo la lógica del miedo.

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