La riqueza del pensamiento filosófico a lo largo de la historia ha dado lugar a una variedad de corrientes que, aunque divergentes en sus enfoques, comparten un interés común: la comprensión de la realidad y el ser humano.
Para profundizar en ese tema, National Geographic consultó a expertos en la materia.
Definiendo una corriente filosófica
El doctor en Filosofía y director del proyecto de divulgación “Estamos filosofando”, Alejandro Cavallazzi Sánchez, explica que una corriente filosófica se puede entender como un conjunto de ideas y teorías que comparten principios básicos sobre diversos aspectos del conocimiento, el mundo y las personas.
Dichas corrientes a menudo están ligadas a contextos temporales o geográficos específicos y pueden tener representantes que comparten intereses intelectuales similares.
La clasificación de las corrientes filosóficas es una tarea compleja, dado que cada escuela puede ofrecer variantes y ramificaciones de sus conceptos esenciales.
Sin embargo, los especialistas coinciden en que es posible identificar algunas de las corrientes más influyentes a lo largo de la historia.
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Recorrido cronológico por las corrientes filosóficas
Es posible realizar un repaso de las corrientes filosóficas más destacadas a través del tiempo.
Desde la antigüedad, se pueden rastrear corrientes como el platonismo, el aristotelismo, el escepticismo, el epicureísmo, el estoicismo y el eclecticismo.
En la Edad Media, resalta la importancia de la patrística y la escolástica, y ya en la modernidad, las corrientes del racionalismo, empirismo e idealismo marcaron un cambio de paradigma en el pensamiento filosófico.
Finalmente, en la época contemporánea, la filosofía se diversifica con la llegada del empirismo lógico, la fenomenología, el existencialismo y la hermenéutica.
Diversidad en los campos filosóficos
El doctor Cavallazzi Sánchez aclara que la diversidad no se limita a una sola corriente filosófica, sino que cada área de estudio presenta sus propias vertientes.
En el campo de la epistemología, por ejemplo, se destacan el racionalismo, empirismo e idealismo, mientras que en ética emergen el eudemonismo, la deontología y el utilitarismo.
La filosofía no solo ofrece herramientas para el análisis crítico, sino también un espacio para el diálogo intercultural y la transformación social.