Un estudio del Centro de Investigación para Familias de Empresarios CIFEM|BBVA de IPADE Business School revela que la mitad de las empresas familiares mexicanas se encuentran en riesgo de subsistencia debido a la acumulación de malas prácticas internas.
Según el análisis, basado en la información de 476 miembros de empresas familiares, mayoritariamente mipymes, solo el 4 % presenta un nivel adecuado de progreso, mientras que el resto enfrenta dinámicas familiares problemáticas que podrían derivar en la desintegración del negocio.
“No es que vayan a desaparecer, pero si se están metiendo en problemas”, advirtió Ricardo Aparicio Castillo, director del CIFEM|BBVA.
“Están acumulando problemas que, sumados a los desafíos de la transición generacional, pueden generar la tormenta perfecta”, añadió.
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Aunque el 78 % reporta crecimiento en ventas y el 74 % un aumento en su patrimonio, el estudio subraya que el riesgo radica en el ámbito familiar, no en la gestión administrativa.
Para superar esta situación, los expertos recomiendan fortalecer la comunicación familiar, implementar una planificación estratégica a largo plazo y establecer procesos de sucesión claros.
De hecho, la falta de planes de sucesión es un factor crítico, ya que el 53 % de las empresas no cuenta con procesos establecidos para este fin.
Alfonso Bolio Arciniega, profesor del IPADE, comparó la situación con enfermedades personales: “Es como cuando tienes la presión arterial alta, el azúcar elevado… si no atiendes esa situación, las zonas de alarma se van dando”.
A pesar de los desafíos, el estudio destaca que una familia unida puede generar una ventaja competitiva para la empresa, impulsando la motivación, la dedicación, la visión de largo plazo y el orgullo.
La clave, según los expertos, está en abordar los problemas familiares para proteger el futuro del negocio.